1920: Nelly Láinez, actriz y comediante argentina (f. 2008).

En el bullicioso Buenos Aires de 1920, una niña llegó al mundo, destinada a iluminar las tablas del teatro argentino. Nelly Láinez no solo nació en un hogar modesto, sino que también creció entre las vibrantes melodías y los ecos de risas de la ciudad. Desde temprana edad, su espíritu indomable la llevó a descubrir su amor por la actuación; podría decirse que cada paso en el escenario era un reflejo de su alma vivaz. Sin embargo, el camino hacia el estrellato no fue sencillo. A pesar de sus talentos innatos, Nelly enfrentó numerosos rechazos en sus inicios. Quizás fue su determinación lo que le permitió superar esas primeras adversidades. Cuando finalmente logró captar la atención del público en una pequeña obra local, se encendió una chispa que marcaría el inicio de una carrera brillante. La década de los años 40 marcó un hito significativo en su trayectoria; como si se tratara del destino mismo llamando a su puerta. Se convirtió en una figura prominente en la escena teatral y cinematográfica argentina. Con su ingenio agudo y carisma inigualable, comenzó a interpretar personajes memorables que resonaron con el público: desde comedias hilarantes hasta roles dramáticos profundos. Irónicamente, mientras alcanzaba fama y reconocimiento, también enfrentó momentos oscuros; como cualquier artista sensible... Las críticas pueden ser despiadadas y Nelly no estaba exenta de ellas. Sin embargo, lejos de desalentarse por los comentarios negativos que podrían haberle hecho tambalear encontró en ellos combustible para perfeccionar su arte. Sus actuaciones eran como un torrente desenfrenado: rápidas y emocionantes, llenas de matices que cautivaban incluso al espectador más indiferente. En cada risa provocada había un fragmento de vida compartido; quién sabe cuántas lágrimas escondidas detrás del telón se transformaron luego en sonrisas ante el aplauso entusiasta del público. Con los años avanzando inexorablemente la vida tiene ese extraño sentido del tiempo llegó también la madurez artística para Nelly Láinez. Si bien continuó haciendo reír durante décadas con sus actuaciones estelares... es posible que fuese durante sus últimos años cuando realmente comenzó a reflexionar sobre lo efímero del éxito. Cuando finalmente dejó este mundo en 2008 tras haber sembrado tantas alegrías... queda preguntarse qué legado dejó tras sí: quizás no solo risas o personajes entrañables sino también una lección sobre perseverancia y autenticidad en un universo artístico muchas veces volátil e incierto. Hoy día en medio del ruido digital contemporáneo las nuevas generaciones pueden encontrar inspiración entre sus grabaciones antiguas o relatos sobre ella.. Su espíritu sigue vivo entre aquellos artistas emergentes que buscan romper moldes con valentía y humor.