2015: Marques Haynes, jugador y entrenador de baloncesto estadounidense (n. 1926).

En el cálido verano de 1926, un niño nació en la pequeña ciudad de Sanderson, Texas. Desde sus primeros pasos, Marques Haynes demostró un talento excepcional para el baloncesto. Quizás no había duda de que su vida giraría en torno a ese deporte que le apasionaba. Durante su juventud, sus habilidades en la cancha lo llevaron a jugar con gran éxito en el equipo de la escuela secundaria local. Sin embargo, su camino no estuvo exento de obstáculos. A pesar de su innegable habilidad, las oportunidades eran limitadas para los jugadores afroamericanos durante esa época. La segregación y el racismo eran barreras difíciles de superar. Pero eso solo avivó su determinación; se convirtió en una estrella del baloncesto universitario y atrajo la atención por su estilo único y habilidades impresionantes. En 1946, mientras muchos jóvenes se alistaban para servir a su país en la Segunda Guerra Mundial, Marques decidió continuar su carrera deportiva. Con solo 20 años, debutó profesionalmente con los Harlem Globetrotters una decisión que cambiaría no solo su vida, sino también la forma en que se percibía el baloncesto por parte del público. Irónicamente, aunque los Globetrotters eran conocidos por ser un equipo exhibicionista más que competitivo, fue allí donde Haynes perfeccionó sus habilidades y desarrolló una fama internacional. Se convirtió en un maestro del dribbling y las acrobacias espectaculares; cada partido era un espectáculo digno de ver. Tras dejar los Globetrotters después de varios años llenos de diversión y risas que también incluían momentos serios donde mostraba destreza increíble comenzó una nueva etapa como entrenador. Como mentor de futuras estrellas del baloncesto profesional e universitario... ¿Quién sabe cuántas vidas tocó con sus enseñanzas? A medida que pasaban las décadas y nuevas generaciones emergían en el mundo del baloncesto... él seguía siendo un faro inspirador para jugadores jóvenes deseosos por hacer historia como él lo hizo alguna vez. Sin embargo, 2015 trajo consigo un giro inevitable: Marques Haynes dejó este mundo físicamente. Su fallecimiento marcó el final de una era dorada para el deporte; pero legados como el suyo nunca mueren realmente... Se puede decir que ha dejado huellas imborrables sobre cómo jugar al baloncesto. Los historiadores cuentan que sus contribuciones fueron fundamentales para popularizar este deporte entre comunidades diversas. Y hoy día donde aún resuenan ecos del pasado muchos jugadores jóvenes lo recuerdan con admiración al practicar dribles similares a los que él solía ejecutar con maestría. Curiosamente... incluso hoy en día hay quienes imitan sus movimientos icónicos durante juegos amistosos o competencias callejeras: Marques Haynes ha trascendido generaciones como uno de esos grandes nombres cuyo espíritu sigue vivo entre aquellos apasionados por la cancha.