1989: Geraldine Leyton, futbolista chilena.

En un rincón de Chile, donde el fútbol late con fuerza en cada barrio, una niña llegó al mundo en 1989. Geraldine Leyton, cuyo nombre resonaría en las canchas, creció rodeada de balones y sueños. Desde pequeña, se aficionó a correr tras el esférico, pero su camino no fue sencillo; enfrentó miradas escépticas que cuestionaban su pasión por un deporte considerado masculino. A medida que los años pasaron, la joven futbolista se destacó en equipos locales. Sin embargo, la falta de apoyo y reconocimiento para las mujeres en el deporte la hizo dudar en varias ocasiones. Quizás esos momentos de incertidumbre fueron cruciales para forjar su carácter fuerte e indomable. Su gran oportunidad llegó cuando fue convocada a la selección chilena sub-20. Aunque era solo una adolescente, demostró que tenía madera de líder en el campo. Durante un torneo internacional, brilló con su habilidad y determinación; sin embargo, Chile no avanzó más allá de las etapas iniciales. Este revés podría haberla desalentado, pero irónicamente avivó aún más su deseo por triunfar. Con cada partido jugado cada drible y cada gol Leyton comenzó a hacerse un nombre dentro del mundo del fútbol femenino chileno. A pesar de esto, aún había luchas por delante; las condiciones y oportunidades eran muy diferentes a las que disfrutaban sus colegas hombres. Mientras muchos soñaban con ser estrellas internacionales desde pequeños… ella luchaba contra prejuicios que desestimaban su talento solo porque era mujer. Geraldine continuó destacándose durante los años siguientes; formó parte de equipos reconocidos tanto a nivel nacional como internacional. Las críticas comenzaron a convertirse en admiración cuando lideraba sus equipos hacia victorias inesperadas se convirtió casi sin quererlo en una figura inspiradora para muchas jóvenes deportistas chilenas. Sin embargo, sería injusto decir que todo fue fácil: cada paso hacia el profesionalismo estuvo lleno de sacrificios personales y decisiones difíciles... Pero quizás eso le otorgó una profundidad emocional a su juego una conexión auténtica con cada pase perfecto o cada tiro al arco como si estuviera narrando historias vividas dentro del campo. En años recientes , ha sido voz activa en la lucha por mayores derechos e igualdad para las futbolistas chilenos; eso habla mucho sobre cómo ha visto el deporte crecer ante sus ojos... Como admitió en varias entrevistas: "Quiero dejar algo más grande que solo goles." Irónicamente hoy día hay quienes asocian la imagen robusta del 'fútbol' únicamente con hombres fuertes y musculosos... Pero mientras tanto Leyton sigue rompiendo moldes su legado no es solo deportivo sino también social empoderando generaciones futuras para luchar por sus sueños sin importar género ni estereotipos.