1945: César Alierta, empresario español (f. 2024).

Quizás fue en esa atmósfera cargada de incertidumbres donde comenzó a trazar su camino hacia la cima. Así fue como sus estudios en Derecho y Economía le dieron las herramientas necesarias para navegar en un entorno competitivo. Irónicamente, aunque comenzó como abogado, pronto se dio cuenta de que su verdadera vocación estaba ligada a las telecomunicaciones. La oportunidad llegó cuando se unió a Telefónica; allí encontró no solo un trabajo sino también un lienzo para plasmar sus ideas revolucionarias sobre el sector.

Su ascenso dentro de la empresa fue meteórico: una combinación única entre visión estratégica y capacidad para innovar lo catapultó al cargo de presidente ejecutivo. Esto significó una transformación radical para Telefónica; bajo su liderazgo, la compañía pasó por diversas etapas de modernización y expansión internacional. Sin embargo, no todo fueron aplausos ni reconocimientos fáciles... Durante su mandato enfrentó críticas feroces por decisiones arriesgadas.

Por ejemplo, cuando decidió lanzar productos digitales innovadores sin tener certeza absoluta sobre su éxito comercial los detractores argumentaron que podría haber arriesgado demasiado pero con el tiempo esas decisiones impulsaron a Telefónica hacia nuevas alturas. Quizás lo más destacado durante esos años fueron sus iniciativas relacionadas con la digitalización e innovación tecnológica en España y América Latina. ¿Quién sabe cuántas empresas nacieron inspiradas por ese impulso? A menudo se decía que Alierta veía oportunidades donde otros veían problemas; así es como supo aprovechar los avances tecnológicos antes que muchos competidores. Con el paso del tiempo y tras décadas al frente del gigante telefónico, César decidió dar paso a nuevas generaciones una acción rara entre magnates dejando así espacio para frescura e ideas innovadoras dentro del conglomerado empresarial.

Como admitió en una entrevista posterior: “Es fundamental dejar que otros tomen las riendas”. El legado dejado por Alierta no solo está marcado por cifras millonarias o expansiones internacionales... Es también un símbolo del cambio necesario hacia lo digital en sociedades aún ancladas al pasado una transición crítica para cualquier nación moderna incluso hoy día continúa resonando fuerte entre emprendedores jóvenes ansiosos por transformar sus entornos. El 2024 marcó el final físico de César Alierta; sin embargo, sus contribuciones siguen vivas...

En cada startup emergente o cada innovación tecnológica surge fragmentos de ese pensamiento visionario propio del empresario español cuya vida estuvo dedicada a transformar tanto empresas como sociedades.