1942: Muhammadu Buhari, presidente nigeriano.

A pesar de esto, buscó educación y oportunidades; esta búsqueda lo llevó a unirse al ejército nigeriano. Quién sabe cuántas noches soñó con convertirse en líder... Esta decisión sería crucial para un destino que estaba destinado a ser extraordinario. Su ascenso dentro del ejército fue meteórico.

Con cada rango que alcanzaba, Buhari se hacía más conocido por su firmeza y compromiso con el país. Irónicamente, fue durante un golpe militar en 1983 cuando tomó el poder como líder militar; sus ideales anticuados chocaban con las expectativas modernas y los anhelos democráticos del pueblo nigeriano. Aquel día marcó no solo un giro en su vida personal sino también una era oscura para Nigeria. Sin embargo, el tiempo pasó y las sombras del autoritarismo comenzaron a disolverse lentamente.

Después de ser derrocado en 1985 y vivir años lejos del poder político en una especie de exilio interno encontró una nueva voz: la política civil. La transición hacia la democracia fue complicada; muchos consideraron que Buhari había perdido relevancia... Pero él nunca dejó que eso lo desanimara. En 2015 resurgió como candidato presidencial bajo el Partido All Progressives Congress (APC).

Quizás este retorno fue inesperado para algunos pero no para él quien siempre había estado preparado para retomar lo perdido. Su victoria electoral significó más que simplemente ganar una elección; representaba la esperanza colectiva de millones deseosos por un cambio real. El camino hacia adelante estaba repleto de desafíos: Boko Haram amenazaba con desestabilizar todo lo logrado e inmensas luchas internas sacudían al país... No obstante, Buhari se enfrentó a estos obstáculos como siempre había hecho: con determinación férrea pero también enfrentando críticas severas sobre su gestión económica y seguridad nacional.

Los historiadores cuentan que muchos ven en él tanto un héroe como un villano las opiniones están profundamente divididas ... Pero incluso aquellos que no comparten sus ideales deben reconocer que ha sido una figura crucial para Nigeria en tiempos turbulentos. Hoy día a medida que mira hacia atrás es evidente cómo sus decisiones han marcado huellas imborrables en la política contemporánea nigeriana. Irónicamente, mientras países alrededor del mundo celebran libertades democráticas bien cimentadas..., Nigeria sigue lidiando con esa dualidad entre avance y retroceso político...

A través del tiempo transcurrido desde aquella infancia sencilla hasta llegar al puesto más alto del país la presidencia Muhammadu Buhari representa no solo el viaje personal hacia el liderazgo sino también las complejidades inherentes a gobernar una nación llena de diversidad e historia.