1972: Marcel Curuchet, músico uruguayo, de la banda No Te Va Gustar (f. 2012).

Con su talento innato y una creatividad desbordante, Marcel se unió a No Te Va Gustar una banda que rápidamente capturaría la atención del público. A pesar de los escollos iniciales que enfrentaron al formar parte del panorama musical uruguayo, sus letras profundas resonaban con la juventud que anhelaba expresión. Irónicamente, fue en esos tiempos difíciles cuando empezaron a ganar reconocimiento; cada acorde interpretado se convertía en un grito de esperanza para muchos. Durante años, Curuchet no solo aportó su virtuosismo musical; también impregnó las canciones con una esencia única que tocaba las fibras más sensibles del alma humana.

Quizás su mayor legado fue poder traducir sentimientos complejos en melodías accesibles. La música era su refugio un lugar donde podía explorar sus propios demonios y alegrías. Pero esa senda estaba marcada por altibajos... En el apogeo de su carrera y tras innumerables éxitos junto a No Te Va Gustar, llegó aquel fatídico año: 2012.

Un día como cualquier otro se tornó sombrío cuando la noticia sobre su fallecimiento sacudió al país entero. La pérdida dejó un vacío profundo no solo entre sus seguidores sino también entre quienes tuvieron el privilegio de compartir escenario con él. Al mirar atrás, es evidente cómo Marcel Curuchet ha dejado huella en varias generaciones. Hoy en día, incluso los jóvenes músicos uruguayos lo citan como inspiración para crear letras valientes e innovadoras...

Quién sabe si sus composiciones aún resuenan entre ellos mientras buscan construir nuevas narrativas musicales. A pesar del tiempo transcurrido desde su muerte y quizás gracias a ello algunas de sus melodías han encontrado nuevo significado; así surge un interés renovado por redescubrir ese legado vibrante que habla directamente al corazón humano… Es curioso pensar cómo hoy algunas de esas letras parecen anticipar los desafíos contemporáneos: luchas sociales y anhelos colectivos que siguen vivos entre nosotros.