1987: Esteban Granero, futbolista y psicólogo español.

A medida que pasaron los años, se convirtió en una estrella prometedora del Real Madrid. Los aficionados veían en él a un joven prodigio; sin embargo, la presión era abrumadora y sus momentos de duda comenzaron a aparecer. Irónicamente, el chico que soñaba con ser futbolista se encontró dividido entre dos pasiones: el fútbol y la psicología. Quizás fue esa dualidad la que le permitió entender mejor tanto el juego como su propia vida.

En 2009, Granero debutó oficialmente con el primer equipo del Real Madrid; ese mismo año también inició sus estudios en Psicología. Este compromiso académico le otorgó una perspectiva diferente sobre su entorno: cada partido se convirtió no solo en una competencia física sino también mental. Muchos podrían haber abandonado los estudios al alcanzar tal nivel profesional... Pero él decidió mantener ambas sendas.

Después de su paso por grandes equipos como el Getafe y el Queens Park Rangers, Esteban optó por regresar a España y continuar su carrera en otros clubes menores. En cada decisión tomada había algo más que simplemente buscar minutos en cancha; había un deseo interno de explorar nuevas dimensiones dentro y fuera del deporte. Con cada año que pasaba y cada nuevo equipo al que se unía como si fuera parte de una búsqueda interminable Granero comenzó a dar forma a otro sueño: crear conciencia sobre salud mental entre deportistas profesionales. Las luchas personales detrás del éxito son invisibles para muchos...

Quién sabe cuántos jóvenes talentos enfrentan dudas similares sin contar con las herramientas necesarias para manejarlas. Su retiro llegó abruptamente quizás demasiado pronto para algunos pero Esteban supo reconvertir esa etapa final en otra nueva oportunidad para conectar con lo que realmente importaba: ayudar a otros mediante su experiencia vivida tanto dentro como fuera del campo. Se adentró entonces hacia caminos académicos donde podría compartir sus conocimientos e inquietudes sobre cómo cuidar la mente cuando todo parece caer. Irónicamente, mientras muchos futbolistas buscan preservar su imagen pública bajo luces brillantes...

Granero eligió brillar desde otro ángulo: mediante conferencias y talleres enfocados en bienestar emocional deportivo. Este giro ha resonado fuertemente hoy día en tiempos donde salud mental ha cobrado relevancia especialmente entre generaciones jóvenes ansiosas por encontrar respuestas. Hoy vemos cómo sus enseñanzas cobran vida entre atletas modernos frente al desafío constante del estrés competitivo y las expectativas sociales actuales… Una realidad tan distinta pero conectada directamente con los retos enfrentados hace décadas atrás cuando él comenzaba su andanza futbolística.