El Asumir del General Agustín P. Justo como Presidente de Argentina en 1932

El 20 de febrero de 1932, Argentina vivió un momento crucial en su historia política con la asunción del general Agustín P. Justo como presidente de la nación. Este evento marcó el inicio de un gobierno que se caracterizó por una serie de políticas que buscaban reestructurar el país en una época de inestabilidad económica y social.

Agustín Pedro Justo, nacido el 20 de febrero de 1883 en la provincia de Buenos Aires, era un militar con una larga trayectoria en el Ejército Argentino. Su carrera política comenzó a adquirir forma tras haber participado en el golpe de Estado de 1930 que derrocó al presidente Hipólito Yrigoyen, líder de la Unión Cívica Radical. Este suceso fue el inicio de un periodo conocido como la “década infame”, caracterizada por la manipulación electoral y la corrupción.

La llegada de Justo a la presidencia no fue una simple alternancia de poder, sino una continuación del proyecto autoritario que había comenzado con el golpe. En su discurso inaugural, Justo prometió trabajar por el bienestar de la nación, aunque sus medidas a menudo resultaron favorables a los intereses de sectores conservadores y empresarios, quienes habían apoyado su camino hacia el poder.

Durante su mandato, Justo implementó políticas económicas que intentaban combatir la crisis provocada por la Gran Depresión de 1929. Estas políticas incluyeron la reducción de gastos públicos y la promoción de un comercio más ligado a los intereses del exterior. Además, buscó mejorar la infraestructura del país, aunque muchas de estas inversiones se destinaron a proyectos que beneficiaban a grupos específicos y no a la población en general.

Uno de los eventos más notables durante su gobierno fue la promulgación de la ley de la patria potestad, que otorgó a los padres un mayor control sobre sus hijos, lo que generó un debate social significativo. Justo también trabajó en mejorar las relaciones exteriores, buscando acercarse a Estados Unidos y consolidar la posición de Argentina en la comunidad internacional, especialmente en términos comerciales.

A pesar de sus esfuerzos, Justo enfrentó múltiples desafíos durante su gobierno. La oposición política, principalmente de sectores radicales y socialistas, se intensificó, mientras que los movimientos obreros comenzaron a movilizarse en busca de mejores condiciones laborales. Esto llevó a una creciente agitación social que culminó en una serie de huelgas y protestas a lo largo de su mandato.

El legado de Agustín P. Justo es objeto de debate entre historiadores y analistas políticos. Algunos lo ven como un líder pragmático que intentó hacer frente a un contexto internacional adverso, mientras que otros critican su gestión por haber consolidado un régimen autoritario que no logró atender las necesidades de los más desfavorecidos. A su salida del poder en 1938, Argentina seguía lidiando con los problemas que había intentado resolver.

En resumen, la asunción de Agustín P. Justo como presidente en 1932 representa un capítulo significativo en la historia de Argentina. Su gobierno no solo fue un reflejo de la turbulencia de la época, sino que también sentó las bases para debates y luchas políticas que continuarían afectando al país en las décadas siguientes.